El ser humano, como todos los mamíferos y la mayoría de los pájaros, posee
un organismo homeotermo; es decir, son organismos que mantienen su temperatura
dentro de un pequeño rango, sin grandes variaciones; independientemente de la
temperatura del ambiente. Tanto seres humanos como mamíferos y pájaros habitan
en una gran variedad de climas y no están exentos a las leyes de la
termodinámica, por lo que el organismo debe trabajar lo suyo para mantener la
temperatura interna en el rango pertinente cuando la temperatura exterior es
diferente; en el cuerpo humano existen receptores térmicos distribuidos en la
totalidad del organismo, tanto en los órganos internos como en la superficie externa
de la piel que envían la información recibida a través de la médula espinal y el tallo
cerebral para converger finalmente en el hipotálamo. El hipotálamo vendría a
ser una especie de termostato, que procesa e integra toda la información que
recibe de los distintos termorreceptores y luego segrega al torrente sanguíneo
las hormonas van a generar en el
organismo la conducta termorreguladora deseada. Entonces el hipotálamo actúa
como un termostato que tiene fijados dos umbrales, el superior unas décimas de
grado por encima de los 37 °C y el inferior unas décimas por debajo (esto es en
general, no en todos los organismos es igual, pero está mas o menos en ese
rango). Algunas de las respuestas termorreguladores son estas:
-
circulación de la
sangre a nivel cutáneo: este mecanismo se puede comparar con la circulación de agua por las mangueras de
refrigeración en un auto; cuando la temperatura es elevada el hipotálamo
promueve la circulación sanguínea en las extremidades y la superficie cutánea,
por medio de la vasodilatación, causando la disipación del calor corporal por
radiación y convección. Cuando la temperatura
es baja, la vasoconstricción causa el efecto contrario. (en realidad la
analogía con el auto funciona a medias, porque la circulación de agua en el
auto siempre está, ya que siempre se debe bajar la temperatura del motor, pero
más o menos se entiende, no?)
-
Transpiración:
las glándulas sudoríparas de la superficie cutánea producen sudor cuando la
temperatura corporal es elevada, que se evapora al llegar a la superficie de la
piel, disipando gran parte del calor generado internamente.
-
Contracción de
los músculos esqueléticos y temblor: los músculos esqueléticos son los que
podemos controlar a voluntad, aunque también se pueden contraer
involuntariamente. Cuando la temperatura del organismo está por debajo del
umbral que se mencionó más arriba estos músculos se contraen involuntariamente
generando calor. Si la temperatura sigue bajando se genera un temblor
perceptible. Estas contracciones generan calor porque el músculo al contraerse
consume energía.
-
Piloerección:
en la base de los folículos pilosos hay unos pequeños músculos que al
contraerse provocan la erección del pelo; en las especies animales con pelo muy
tupido este mecanismo es muy importante, ya que se crea una buena capa de aire
“quieto” entre el ambiente y el cuerpo que actúa de aislante térmico; en los
seres humanos solo nos causa la “piel de gallina”.
-
Aumento del
metabolismo: el hipotálamo segrega una
hormona que actúa sobre la glándula tiroides y a su vez estimula la
secreción por parte de esta de hormonas que finalmente actuarán sobre
diferentes sectores del organismo generando la producción de calor por aumento
de la actividad celular.